La hidratación de la piel es, sin lugar a dudas, el aspecto más importante para que tu rostro luzca bonito y sano. La piel es el órgano más extenso de nuestro organismo, encargado de actuar como barrera protectora de las agresiones externas e internas que pueden repercutir en la piel. Además, la piel te acompañará durante toda la vida, es por ello que tiene que estar muy presente en nuestra rutina diaria de cuidados, pero ¿sabemos cuál elegir?

• Cómo es tu piel

Lo primero que tenemos que identificar como es nuestra piel para poder elegir una crema hidratante adecuada para ella: seca, grasa, mixta o normal. El tipo de piel puede ir cambiando a lo largo de tu vida por temas hormonales, medicación, paso del tiempo… Así que debes permanecer atenta siempre al estado de tu piel.

• Qué aspecto tiene

Es muy importante que a la hora de elegir tu crema hidratante te fijes en el aspecto de la piel, ya que así elegiremos la que mejor se adapta a las necesidades del momento. ¿Tienes manchas? ¿Primeras líneas de expresión? ¿Arrugas marcadas? ¿Tienes bolsas y ojeras? La crema hidratante, además de hidratar, te puede ayudar a combatir todos estos signos. 

• Protección 

También puedes elegir una crema hidratante diaria que además de hidratar te proteja del sol, en caso de que la crema hidratante no cubra las necesidades de protección deberás aplicar un protector, incluso en invierno o de la contaminación que hay en las grandes ciudades. 

• Aplicación

La crema siempre debes aplicar sobre el rostro limpio. Si utilizas sérum, después de éste y antes del protector solar o de la base de maquillaje. No necesitas demasiada cantidad, con un tamaño que equivalga a un guisante bastará para todo el rostro y cuello. Si vas a aplicarte tu base de maquillaje en unos minutos, tras la aplicación de la crema hidratante, podrás hacerlo.

Sin duda, la mejor crema hidratante es la que se adapta a nuestro tipo de piel, cumple su finalidad y, obviamente, la que está dentro de lo que nos podemos permitir. De nada sirve comprar una crema hidratante que utilizamos esporádicamente. Si queremos ver efectos, es fundamental que su uso sea diario.